La alimentación es mucho más que una fuente de energía para el cuerpo. Aquello que comemos y cómo lo comemos determina por completo la salud y el estado de ánimo.
Cuando ingerimos un alimento éste comienza a digerirse en la boca gracias a las enzimas de la saliva. Posteriormente pasa al estómago y al duodeno, donde el ácido clorhídrico y más tarde la bilis desempeñan su función catabolizante. De este modo, lo que queda del alimento ya casi desintegrado comienza a asimilarse en el intestino delgado gracias al trabajo de millones de bacterias. Aquello que no ha podido absorberse a través de la vellosidad del intestino delgado pasa al intestino grueso para comenzar su fase de fermentación o putrefacción que finalmente formará las heces.
Si el ph de la saliva o del estómago no está en su punto correcto de acidez, o bien la bilis no posee las enzimas necesarias, o la flora del intestino está desequilibrada, el alimento no puede desintegrarse correctamente y por lo tanto los nutrientes no llegan correctamente a la sangre y por mucho que comamos podemos sufrir malnutrición o desnutrición. Eso significa que el sistema inmunitario puede verse debilitado, o bien no se puedan sintetizar bien ciertas hormonas, o tal vez se acelere la muerte de unos centenares de neuronas. Todo esto significa que podemos sentirnos tristes, apáticos, irritables, con insomnio, ansiedad o con tendencia a sufrir dolores o enfermedades continuamente.
Si prolongamos en el tiempo dicha malnutrición, pueden aparecer problemas mucho más serios y difíciles de resolver. Por eso es importante conocer el funcionamiento del cuerpo y saber reconocer sus necesidades para poderlo atender correctamente y gozar así de un buen estado de ánimo y de salud.
También es cierto que las emociones y los pensamientos pueden generar cambios en el organismo. No hay más que observar el resultado de los estudios de Masaru Emoto con el agua o el arroz. Ahí queda muy bien reflejado el poder de la mente para influir sobre las células de los cuerpos físicos. Puedes buscar en Google para más información.
Con el Método NUA™ establecemos nuevos hábitos alimentarios para resetear el organismo y equilibrarlo. Pero también te acompaño a nivel emocional y energético a través de la terapia manual y el mindfulness. Así el tránsito hacia un estado de bienestar se hace más consciente y definitivo.